Michaelerplatz: la plaza San Miguel

Michaelerplatz: la plaza San Miguel

Michaelerplatz es una de las plazas más famosas de Viena, gracias a su proximidad a la Hofburg –Palacio Imperial de Viena. Aunque muchos turistas se interesan principalmente en el palacio, hay algunos otros lugares de interés turístico alrededor de la Plaza.

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Michaelerplatz es dominada por el impresionante Michaelertor del neobarroco, la puerta de entrada a la Hofburg. Frente al palacio está uno de los primeros edificios modernos de Viena: la Looshaus. El edificio más viejo en Michaelerplatz es el Michaelerkirche, durante mucho tiempo la iglesia parroquial de los emperadores. En el centro de la Plaza está un espacio abierto, con restos romanos y medievales.

Michaelertrakt

La cúpula del Michaelertrakt constituye una de las alas más exuberantes del Palacio Imperial. Originalmente fue diseñado en 1720 por José Emanuel Fischer von Erlach, pero el proyecto se estancó y no sería sino hasta 1888, cuando fue demolido el viejo Burgtheater, que realmente comenzó la construcción. El arquitecto austriaco Ferdinand Kirschner siguió el diseño barroco original de von Erlach y completó el ala en 1893.

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En el centro del ala está una puerta monumental: el Michaelertor. A lo largo de los lados de las tres entradas se posan colosales estatuas de Hércules. En los extremos de la Michaelertrakt hay fuentes con esculturas. La fuente a la derecha, el “Dominio de la Tierra”, fue diseñada en 1897 por Edmund Hellmer y simboliza el ejército austríaco. La fuente de la izquierda se conoce como el “Dominio del Mar”. Fue realizada en 1895 por Rudolf Weyr y simboliza el poder naval austríaco.

Looshaus

La gente apenas nota el edificio al caminar hacia Michaelertrakt, pero cuando se construyó, en 1911, la Looshaus causó bastante controversia debido a su moderna fachada desprovista de decoraciones, muy inusuales en la barroca Viena. Adolf Loos fue influenciado por la naciente arquitectura de rascacielos que había visto en un viaje a los Estados Unidos, y que empleaba un estilo sobrio, con líneas rectas y poca o ninguna decoración.

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El moderno diseño causó un escándalo tal, que temporalmente se detuvo la construcción. Loos sólo pudo continuar después de que prometió decorar la fachada con jardineras de balcón. El emperador Franz-Joseph desdeñó de la moderna fachada, opuesta su palacio, y se dice que las cortinas en el ala enfrente de la Looshaus siempre estuvieron cerradas. Hoy el edificio es considerado un ejemplo de la arquitectura moderna innovadora.

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