Visitar Viena en tres días

Visitar Viena en tres días

Qué hacer en Viena

El patrimonio artístico, cultural e histórico de Viena son sus principales reclamos y motivos suficientes para que la ciudad sea una visita obligada. Capital de Austria, en plena Europa Central y rodeada por el Danubio, su idioma oficial es el alemán y cuenta con más de 1’7 millones de habitantes.

Su belleza, sus edificios, sus monumentos y sus jardines captarán nuestra atención nada más llegar y son motivo suficiente para visitar Viena.

Disfruta de Viena

Organizaremos nuestra visita a la ciudad en función del tiempo que vamos a pasar en Viena: tres días.

El primer día

Para disfrutar Viena tan sólo tendrás que seguir nuestros consejos. El día de nuestra llegada nos servirá para ubicarnos en la ciudad, echar un vistazo rápido al centro histórico y visitar todo aquello que se encuentra un poco más lejos.

Stephansplatz
Plaza de San Esteban o Stephansplatz

Iniciaremos nuestro paseo de buena mañana en el punto neurálgico de la ciudad, la Plaza de San Esteban o Stephansplatz. Adando por sus calles llegaremos a la Catedral de San Esteban, el templo religioso más importante de la ciudad. Saliendo de la catedral, podemos visitar la también cercana y famosa Ópera Nacional de Viena, la compañía de ópera más importante del mundo, inaugurada en 1869. Para poder visitarla, tendremos que ir de 13 a 15h, horario en la que se encuentra abierta de cara al público.

Después de este primer paseo por el centro, por la tarde aprovecharemos para alejarnos un poco y seguiremos nuestra ruta visitando el Palacio de Schönbrunn, que fue la residencia de verano de la familia Habsburgo.

Saliendo de allí, cogeremos el metro para dirigirnos hacia el mercado Naschmarkt, uno de los más famosos de Viena y que cuenta con una larga vida desde su inicio en el siglo XVI.

Para cerrar el día, volveremos al centro de la capital y visitaremos la Cripta Imperial, bajo la Iglesia de los Capuchinos. Ésta cuenta con féretros de la realeza austríaca.

Ya por último, y para terminar el día, podemos comer una Tarta Sacher, típica de Austria.

El segundo día

Comenzamos el día también por el centro, en la parada de metro de Herrengasse, para poder recorrer como es debido todo el centro de Viena.

Partiendo de ese punto, visitaremos el Palacio de Hofburg, las paredes del cual desprenden historia. Éste fue residencia de la familia Habsburgo durante más de seis siglos. En su interior encontraréis el Museo Sisi, dedicado a la popular emperatriz. Al lado del palacio, encontraréis el Parque Burggatern, que fue jardín privado de los Hofburg y ocupa el lugar donde un día estuvieron las murallas de Viena. Este parque alberga un monumento dedicado a Mozart y otro, a Goethe.

Palacio de Hofburg
Palacio de Hofburg

Otra parada la realizaremos en la Biblioteca Nacional Austríaca, construida el siglo XVIII. El emperador Carlos VI es quien ordenó su construcción, de estilo barroco. Esta biblioteca es considerada una de las más bonitas del mundo.

Viena cuenta con un importante patrimonio arquitectónico, con edificios como la Bolsa, el Ayuntamiento, el Parlamento, el Teatro Burg, la Universidad o la Iglesia Votiva. Todos ellos los encontraremos paseando por la Avenida Ringstrasse, la más importante de la ciudad.

Finalmente, visitaremos el complejo residencial de Hundertwasserhaus, que nos sorprenderá por sus colores y formas originales.

Para cenar, tendremos que ir temprano si no queremos que nos cierren. Por cualquier sitio céntrico, cerca de las calles de la catedral podremos comer los platos típicos de la gastronomía vienesa.

Casa Hundertwasser
Casa Hundertwasser

El tercer día

La mañana de este último día la dedicaremos a visitar algunos museos de la ciudad, como el Museo de Historia del Arte, el Museo del Reloj o el Museo de Carruajes imperiales. Si esta opción no os convence porque no sois de museos, podéis visitar el parque de atracciones de Prater, que es el más antiguo del mundo.

Palacio Belvedere viena
Palacio Belvedere viena

Por la tarde, nos dirigiremos al Palacio Belvedere de Viena, que fue residencia de verano del Príncipe Eugenio de Saboya. En relación a los jardines, el interior del palacio puede decepcionar a algunos que esperan que esté a la misma altura. Así pues, si no os sobra el tiempo o preferís dar un último paseo por el centro, será mejor que visitéis tan sólo los palacios.

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