La reserva de Dyrhólaey

La reserva de Dyrhólaey

En principio tendremos en cuenta que el nombre de Dyrhólaey viene de un alto promontorio formado por rocas de unos 120 metros, no lejos de Vík. La reserva de Dyrhólaey debe su nombre al enorme arco que el mar ha erosionado desde la punta (literalmente significa «puerta agujero»). Cuando el mar está tranquilo, algún barco podría pasar a  través de  esta puerta. Incluso ha habido un piloto acrobático que voló a través del arco con un aeroplano pequeño.

La reserva de Dyrhólaey - viajohoy.esDesde la parte superior de Dyrhólaey hay una gran vista. Se cree que el promontorio se ha formado a través de  una erupción volcánica submarina ocurrida en el período  glacial.

También en la reserva de Dyrhólaey, se pueden apreciar varias rocas que afloran  en el mar, la más alta es la llamada Háidrangur y tiene  56 m de  altura.

La reserva de Dyrhólaey ha sido una reserva natural desde 1978. Esta formación rocosa es conocida entre los marineros como «Portland», y por los pescadores de arrastre inglés como ubeach,  uno podría intentar subir (bajo su propio riesgo).

Según la leyenda las agujas de rocas que se alzan en el mar, llamadas  Reynisdrangar, se formaron cuando dos trolls (especie de elfos que viajarán con nosotros en esta serie «Visita Islandia») estaban tratando de arrastrar un barco de tres mástiles a la tierra. Pero la luz del día les sorprendió en tan ardua tarea y se convirtieron en piedra. Ahí quedaron para siempre. Desde estas agujas se aprecia claramente el pueblo de Vík, y tienen unos 66 metros sobre el nivel del mar en su punto más alto.

La reserva de Dyrhólaey - viajohoy.es

También hay  cuevas,  y muchas. Una leyenda local habla de la existencia de un monstruo que  después de haber vivido aquí durante muchos siglos,  parece haber desaparecido después de un deslizamiento de tierra hace más de 100 años.

Hay también sorprendentes formaciones rocosas a lo largo de toda la reserva de Dyrhólaey, la fauna avícola es abundante, especialmente frailecillos y patos de eider, que son la especie más común en la zona.

El faro, en la cima del acantilado, está en un sitio impresionante y permanece estoico en este área donde los vientos castigan muy fuerte y de manera casi constante, razón por la cual no creemos que sea la mejor idea acercarse mucho al borde del acantilado por más que las vistas sean espectaculares.

También te resultará muy divertido aventurarte y bajar hacia las playas de arenas negras (también presente en esta serie «Visita Islandia» esta semana). Las olas suelen ser impresionantes y muchas personas disfrutan de ellas en la playa cuando el clima lo permite. Aunque realmente han sido muchos los que han surfeado aquí (en trajes de neopreno), no se aconseja este tipo de práctica en estas aguas porque las corrientes varían según las mareas, y puede ser algo más que peligroso (más de uno pensaréis, así por fin conseguiré mi vídeo viral), y le estamos descontando que pueda reaparecer el monstruo de las cuevas o bien los trolls del barco.

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