La Karlskirche o Iglesia de San Carlos Borromeo es uno de los edificios más grandes e interesantes de Viena. Se dice que este edificio barroco tan particular fue diseñado para glorificar el imperio de los Habsburg.
Historia de Karlskirche
En 1713, cuando la peste negra asoló Viena, el entonces Emperador Charles VI hizo una promesa: si la peste dejaba la ciudad, él construiría una iglesia dedicada a San Carlos Borromeo y llevaría su nombre. San Carlos fue un obispo italiano del siglo XVI famoso por asistir a las víctimas de la peste que afectó a la ciudad milanesa.
Al parecer, la oración del emperador fue contestada y la construcción de la Iglesia de San Carlos Borromeo comenzó en 1715. Los fondos fueron aportados de manera forzosa por los judios vieneses.
El maestro Barroco Johann Bernard Fischer von Erlach hizo la obra original de 1716 a 1722. Después de su muerte, en 1723, su hijo asumió el control y vio el proyecto hasta su conclusión en 1737. Muchos de los frescos dentro de la iglesia de 1725 a 1730 fueron pintados por J. M. Rottmayr.
Qué ver en Karlskirche
El diseño ambicioso, creativo de la Karlskirche combina elementos arquitectónicos de la antigua Grecia (las columnas del pórtico), antigua Roma (las dos columnas Trajanas) y barroco contemporáneo vienés (cúpula y torres). La cúpula de cobre verde se levanta 236 pies de altura, lo que es un hito en la ciudad vienesa.
El diseño de la iglesia nunca fue imitado y siempre fue considerado como algo de una curiosidad arquitectónica importante, lo que le confiere un gran interés entre las iglesias barrocas más convencionales de Austria y es poseedora una vista mágica, especialmente cuando se ilumina por la noche.
Sin duda la característica más sorprendente de la iglesia son las grandes columnas de la fachada, basada en la imitación directa de la columna de Trajano en Roma. Los relieves representan escenas de la vida de St.Charles Borromeo.
El interior de la iglesia de San Carlos Borromeo es mucho más convencional que el exterior, con la decoración barroca. Los frescos de la bóveda representan a St. Charles Borromeo, suplicando a la Santísima Trinidad para poner fin a la plaga en Viena.