Sinterklaas, el Papá Noel de Bélgica y Holanda

La Navidad empieza muy pronto en Bélgica y en Holanda con el día de Sinterklaas. Durante la noche del  5 al 6 diciembre todas las casas recibirán la visita de San Nicolás (Sinterklaas o Saint-Nicolas),  acompañado de su ayudante, Zwarte Piet, en una noche donde los niños son transformados en reyes y reinas y honrados como los portadores de la luz en la época más oscura del año.
Sinterklaas

La leyenda cuenta que Sinterklaas, el patrón de los niños y de los marineros, llega en barco de vapor desde España cada año para premiar el buen comportamiento de los niños o castigar a aquellos que no hayan hecho lo que se esperaba de ellos. Los niños colocan sus zapatos en las chimeneas y dejan, zanahorias, heno y azúcar para el caballo de Sinterklaas. Una tradición muy similar a la de Santa Claus, donde los más pequeños de la casa dejan leche y galletas para Santa Claus y sus renos.

Sinterklaas, vestido con capa y sombrero rojos, va siempre acompañado de Zwarte Piet, Pedro el Negro,  y de Amerigo, su blanco caballo que le acompaña una vez su barco atraca en alguno de los puertos de los Países Bajos.

Durante la noche del 5 de diciembre, Sinterklaas y Piet cambiarán las zanahorias y el heno que les dejen los niños por caramelos y regalos. Las letras de chocolate, por ejemplo, son uno de los regalos más típicos de Sinterklaas.

El día siguiente hay que comerse los dulces, en especial las Speculaas, galletas de jengibre que suelen tomarse con chocolate caliente.

Quién es Sinterklaas

Nicolás Sinterklaas fue un personaje que nació en el siglo IV en Myra, Asia Menor, y allí se convirtió en un obispo. no se sabe mucho acerca de él, excepto que amaba a los niños. Existe un relato que cuenta la historia de unos niños que, después de haber cenado en un restaurante, informaron al posadero de que no tenían cómo pagar la cuenta. El dueño del restaurante, enfadado, decidió cocinar a los niños como pago por lo que habían consumido.

Nicolás se enteró y fue a la posada a buscar a los dos niños. Ya era tarde, pues ambos estaban hirviendo en la olla. Pero Nicolás no se dio por vencido y buscó algún pedazo de los niños dentro del guiso para obrar un milagro y retornarlos a la vida. Convencido de la bondad de los dos pequeños, Nicolás Sinterklaas consiguió revivirlos y los adoptó a su cuidado.

También existe la historia de las tres bellas hermanas hijas de un campesino pobre. La primera tenía el pelo muy rubio, la segunda tan negro como un cuervo y la tercera castaño. Cada una de ella cayó enamorada de un joven apuesto pero no pudieron casarse por falta de una dote. Estos las entristeció muchísimo. Una noche, mientras Nicolás estaba montando a caballo vio por una ventana a tres jóvenes hermosas pero muy tristes. Cuando se enteró de que no podían ser felices por ser pobres, volvió a su palacio y le dio a Zwarte Piet tres bolsitas. En cada una de ellas puso cien ducados de oro y le pidió a Zwarte Piet que llevara las bolsas e las niñas. Una hora más tarde, las tres eran ricas, se casaron con sus tres amados jóvenes y fueron felices para siempre.

Hoy en día los niños dejan una zanahoria en su lugar con la esperanza de atraer la atención y recompensa de Sinterklaas. Desde entonces San Nicolás se ha convertido en el patrón de las doncellas solteras.

Cómo consiguió hacerse camino desde Asia Menor a través de Italia, España y toda Europa no se sabe, pero en el siglo IX se convirtió en el patrón no solo de niños y doncellas si no también de marineros y de la ciudad de Amsterdam.

Sinterklaas

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